miércoles, 25 de enero de 2012

Capítulo 3


Un simple "ring" haría libre a cientos de jóvenes que deseaban salir. Viernes a medio día. Todo el fin de semana por delante, lleno de fiestas, borracheras y tiempo de sobra para hacer todo lo que se les ocurriese.
Sandra contemplaba la felicidad que llenaba a aquellos chicos, mientras ella se consumía por dentro, se apagaba poco a poco.
- ¡Sandra! - Ésta se giró y observó como su amiga se dirigía corriendo hacia ella. Temió incluso que no pudiese parar y cayeran las dos al suelo.
Al comprobar que su amiga frenaría a tiempo, le correspondió con una tímida sonrisa.
- Te he estado buscando en el recreo, pero te habías esfumado, ¿dónde estabas? - Preguntó la chica jadeando por la carrera.
Su amiga rió al verla en ese estado.
- A ver, repite conmigo: inspira..espira...inspira...espira..
- No te burles de mi, Sandra. - Refunfuñó su amiga.- Dime, has estado con Pablo, ¿verdad?
- Si, hemos estado hablando.
- ¿Ya está? ¿No piensas decirle nada más a tu mejor amiga, que ha recorrido todo el pasillo a la carrera solo para que no te escapases y le contaras lo que ha pasado?
Sandra soltó una carcajada, al ver la cara de fastidio de su amiga.
- Anda, vamos. Tengo toda la tarde para contártelo. - Le contestó agarrándola del brazo y arrastrándola fuera del instituto.
Ambas amigas salieron de allí, riéndose a gritos. El trayecto hasta sus casas se hacía mas corto entre risas y bromas.
- Por cierto, ¿has visto a Dani? No le he visto a la salida y tampoco estaba fuera esperándonos.
- Ay, Sandrita, cuando aprenderás... Que pasa, ¿qué todavía no te has dado cuenta?
-¿No me he dado cuenta de qué? – Preguntó la chica sin la más remota idea de a qué se refería su amiga.
- ¿Sabes? A veces odio enterarme de algo y que mi mejor amiga esté en las nubes.
- Venga Teresa, dime, ¿qué sabes?
- A ver, Sandrita, cariño mío. Dani no nos ha esperado, porque pensaría que nos acompañaría Pablo.
- ¿Pablo? ¿Qué tiene que ver que Dani se haya ido con Pablo?
- En ocasiones pienso que eres un poco corta, hija. A ver, Dani está colado por ti, y pasa de ver rollos de enamorados, ¿lo entiendes?
- ¿Qué tontería estás diciendo? – Sandra preguntó alucinada.
- Sí. Se nota en cómo te mira, como se preocupa por ti y la cara de fastidio al ver aparecer a Pablo.
- No es verdad Teresa. Dani es solo un buen amigo, mi mejor amigo y nbo siente nada por mí más que un gran aprecio y cariño.
- Bueno, si tú lo dices… Yo ya te he dicho lo que pienso. Tú luego haz lo que quieras.
- Vamos anda, que se hace tarde.
- Oye, ¿alguna vez te han dicho que eres muy mala cambiando de tema?
- Es posible, vamos.
Y sin volver a nombrar a los chicos, llegaron hasta el portal en el que vivían.
El resto del camino estuvieron hablando sobre un chico que Teresa había conocido la tarde anterior, aunque Sandra solo podía darle vueltas a la propuesta que Pablo le había hecho esa misma mañana.
Le había ofrecido un viaje romántico para dos personas, pasando por París, Roma, Venecia, Londres e incluso la maravillosa Toscana.
Sandra la adoraba y su mayor sueño era poder viajar algún día y verla con sus propios ojos. También quería aprender italiano.
Desde niña siempre quiso ir a Italia, aprender su idioma, recorrer sus calles y vivir en una magnifica casa de verano de La Toscana.
-¿Sandra? ¿Sigues ahí?
Sin darse cuenta había dejado a su amiga hablando sola y juntas habían llegado a sus respectivas puertas.
-Si, sigo aquí. – Le respondió a Teresa entrando en casa con una gran sonrisa.
Sí, estaba decidido. Se iba de viaje con Pablo.